Descubrí que Dios me llamaba a través de personas y acontecimientos muy concretos.
El desconocimiento y la curiosidad también han tenido parte en esto. No me eduqué en colegio religioso, nunca tuve contacto con monjas, por tanto no tenía idea de la vida Religiosa.
Descubrí que Dios me llamaba a través de personas y acontecimientos muy concretos.
El desconocimiento y la curiosidad también han tenido parte en esto. No me eduqué en colegio religioso, nunca tuve contacto con monjas, por tanto no tenía idea de la vida Religiosa.
Tenía 17 años y no había hecho la primera Comunión, me gustaba ir a Misa con alguien de mi familia o con mis amigos, pero no podía comulgar (mi madre que era una de las catequistas del pueblo había fallecido cuando yo tenía menos de 2 años).
Un día, al final de la Misa, La Hermana María Alonso, Esclava del Divino Corazón, que llevaba muy poco tiempo en el pueblo, dio un aviso para los jóvenes que tenían más de 15 años y no habían hecho su Primera Comunión.
En ese mismo momento me acerqué junto con unos amigos y nos inscribimos para la Catequesis que daría la misma Hermana dos veces en la semana.
Tweet |